No se si les pasa
pero siento que cuando se sufre por amor la vida lo pone a uno en situaciones que siempre son nuevas.
Como si ésta se desarrollara sobre la linea de un tren.
Uno va tomando distintas salidas para seguir un camino distinto mientras se desarrolla,
y por ahi van juntos nuestro corazón y nuestra cabeza.
Pero cuando una relación se termina llegamos a un punto en que el camino se divide en una "Y".
Y sin que podamos detenernos a decidir sucede que el corazón toma un camino y la cabeza el otro,
y nuestra alma queda perdida ahi en el medio, justo en el punto en que los caminos se separan.
Y te quedas sintiendo que no puedes volver a juntar las dos cosas, te quedas pensando en que pasará con tu corazón, y si tu cabeza no se volverá loca mas adelante.
Uno mismo se pone en jaque. No tienes a mano una respuesta de como salir de este espacio sin nombre ni identidad. Claro, ahora con algo mas de experiencias vividas el dolor se vive de otra manera.
Por una parte crees que has tomado la desición correcta una vez que terminaste, pero por otro lado sientes que amas aún, extrañas a la otra persona y los recuerdos toman otro matiz, se hacen mas fuertes, mas importantes. Comienzas a analizar lo que pudo o no haber sucedido, te cuestionas cosas y te reafirmas otras.
Pero hay algo que siempre es factor común, y es que ha quedado un vacío ahi donde antes estaba la otra persona. Quizás ese vacío es el lugar en el que te quedaste atascado, justo ahi...
...en la "Y"...y?, ahora que?
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